SUS ORDENANZAS
La iglesia cristiana reconoce siete ordenanzas bíblicas. Las ordenanzas son símbolos terrenales, mandados directamente por la Biblia, que nos recuerdan de principios celestiales. Son los siguientes:
- El bautismo con agua. Esta ordenanza es dada numerosas veces en el Nuevo Testamento. ". . . Bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" (Mateo 28.19). "El que creyere y fuere bautizado, será salvo" (Marcos 16.16). Significa espiritualmente la aspiración de una buena conciencia hacia Dios. "El bautismo que corresponde a esto ahora nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como la aspiración de una buena consciencia hacia Dios) por la resurrección de Jesucristo" (1 Pedro 3.21).
- La santa cena. Cristo la instituyó y dijo, "Haced esto en memoria de mí" (Lucas 22.19). "Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga" (1 Corintios 11.26). El sufrimiento y muerte de Cristo son la base de nuestra salvación. Cristo no quiso que este hecho nunca saliera de nuestra mente.
La santa cena pierde su valor espiritual cuando se celebra con pecadores. "El que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados (el uno por el otro); mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo" (1 Corintios 11.29-32).
- El lavamiento de los pies es una ordenanza que Jesús instituyó inmediatamente después de la última cena de la pascua. El dijo, "Si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros" (Juan 13.14). En este humilde acto de servidumbre el Señor soberano puso el ejemplo perfecto de la humildad y la igualdad para Sus seguidores. La humildad y la igualdad son básicas de la unidad y el amor en la iglesia. Sin éstas la iglesia pierde su alma misma. La perdición de esta ordenanza es uno de los primeros pasos que conduce a esta triste fatalidad.
- El velo de la mujer cristiana es señal de autoridad y de su sumisión al hombre, Cristo, y Dios, quienes constituyen su cabeza. 1 Corintios 11 nos enseña que vestirse sin éste le es vergonzoso. Descubierta ni aun puede orar o profetizar. El velo no posee poder mágico, pero la obediencia sí le trae poder divino y bendición sublime. "Que se cubra" (1 Corintios 11.2-16).
- El matrimonio es también una ordenanza con mucha significación espiritual. Como institución tiene la historia más larga de cualquier ordenanza, pues Dios la instituyó en el Edén. Es para la pureza de la raza humana, la felicidad del hombre, la propagación de la humanidad y nunca para ser anulado. "No son ya más dos, sino una sola carne . . . Lo que Dios juntó no lo separe el hombre" (Mateo 19.6). La Biblia prohíbe el divorcio y segundas nupcias (Mateo 5.32; Marcos 10.11,12; Romanos 7.1-3).
- El ósculo santo muestra el amor, la unidad y la santidad que existe entre la hermandad. Es mandado cinco veces en el Nuevo Testamento (Romanos 16.16; 1 Corintios 16.20; 2 Corintios 13.12; 1 Tesalonicenses 5.26; 1 Pedro 5.14). El ósculo santo no es el beso común que se usa para mostrar afección natural. Entre miembros de la iglesia cristiana el ósculo santo se practica hermano con hermano y hermana con hermana como señal del amor santo.
- La unción con aceite. Esta ordenanza es para la sanidad del cuerpo. El aceite no sana, sin "el Señor lo levantará." En esta ordenanza el Señor pone a prueba la fe, la oración y la obediencia. Con la propia fe, oración y obediencia tenemos la promesa que un milagro se afectará, y la sanidad, un don de Dios, será restaurada.
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